Por suerte para mí, que me encanta como personaje destroyer, Mario Vaquerizo está en todas partes, pongas el canal de pongas, y aunque el exceso de exposición pública podría haber jugado en su contra musicalmente, no es el caso, y como bien dice el título, es ahora o nunca, ya que si sumamos como está el mundillo discográfico y sus ventas, y que hay que aprovechar el tirón mediático, ningún nombre podría haber sido mejor.
Es el cuarto disco del grupo y siguen en su línea de estilo : glam, punk-rock básico y electro-pop petardo, consiguiendo una ristra de hits, aunque superficiales y vulgares, divertidos y tan intrascendentes que te hacen desconectar de la mierda que nos rodea, para dejarte llevar.
Si ponemos en un turmix a Depeche Mode (Soy Tu Enemigo); New York Dolls (Ya Lo Sé Y No Me Importa), T-Rex (Burlesqueada), Fangoria (Disco Nancy), La Roux (Un Final Feliz), y las idas de olla propias del grupo en general, podemos imaginar que nos encontraremos en este trabajo, capaz de petarla en cualquier fiestorro en su punto de bajona...creo.
A servidor, como siempre me pasa con cada disco de las Nancys, me he quedado con ganas de más, y eso se supone que debería ser bueno.
A veces va bien dejarse llevar y salirse del corsé del eruditismo (en el que espero no incluirme nunca) y soltarse la melena entre tanto James Blake, o M83, sorprendentemente mejores discos en demasiados sitios, por obra y gracia de Pitchfork y tendencieros varios.
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