Partiendo de que soy bastante fan de la banda, sobre todo del tercer y el primer disco (en ese orden), esperaba de esta alianza de los canadienses con el productor del mismo, el gran James Murphy de LCD Soundsystem algo simplemente espectacular, ya que siempre he pensado que les faltaba cierto punto petardete, pero mi gozo a caído directamente en un pozo.
Ellos mismos tienen los cojones de comparar este Reflektor con el Sandinista de The Clash, por largo y porque dicen que se irá descubriendo con el tiempo, aunque personalmente mirad que lo intento pero no veo por donde narices cogerlo.
Con un primer single como la titular del disco, que no salvan ni los coros del mismísimo Bowie; tenemos que aferrarnos a las más acertadas After Life (inmediato segundo single), que muestra una buena fusión entre los poderes de la banda y el producer; la bailable Joan Of Arc, que se podría decir casi que son dos canciones en una y que también podría ser un desecho de los mejores tiempos de Goldfrapp; y si mucho apuro We Exist, que con su puntito funky-soul consigue, con unos sintes que parece que plagien algunos momentos del Black Is Black de Los Bravos, que al menos consiguen que acabemos moviendo el pie.
Lo que defiendo de este trabajo es evitar un inmovilismo que les hubiera venido de perlas en un primer momento, pero tampoco está de más decir que quizás no han elegido el modo más oportuno para transmitir nuevas sensaciones a sus seguidores habituales, que en mucha parte seguramente dejarán de serlo. Por fidelidad, yo esperaré al siguiente...
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