Debo reconocer, lo mismo que con la de Top Of The World de The Carpenters (que puse en en esta sección por idéntica razón), que este clásico lo redescubri al ver la película de Tim Burton, Dark Shadows.
Antes, y por recopilatorios de baladones edulcorados varios no le había pillado el tranquillo, pero tras verla en los títulos del inicio de susodicho film, le encontré un poder evocador y un misterio que simplemente me atrapó.
Una canción inmensa con la que se antoja facilísimo desconectarte del universo, y que sorprendentemente en su época no tuve el éxito ni la repercusión que ha tenido a lo largo del tiempo.
Una himno de añoranza de lo que no se tiene o no se ha tenido, de amor total (no hay más que escuchar como se desgañita con los "i love yous"), en resumen, una de esas maravillas por las que no debería pasar el tiempo, y las radio-fórmulas de viejos éxitos de ayer y siempre deberían racionar para no joderla.
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