La voz de Danny sabe sonar afectada, contundente, romántica o incluso todo a la vez, según lo que los temas le requieren, y además saber hacerlo con maestría, y lo mejor de todo, es que no parece postizo ni prefabricado como suele pasar en la actualidad con mucha gente, y lo digo por defecto profesional.
Pueden recordar a los andaluces Niños Mutantes en la inicial Lo Mismo Que Ayer; más Seattle en canciones como 2 Peces, de batería poderosa y con una letra que puede recordar al Ferreiro más tétrico de la época de Piratas y en Matrix, con un sonido muy Soundgarden y con fragmentos oscuros como "así que clava tus ojos en mí, soy un ángel con las alas rotas de pecar", que si lo hubiera firmado Kurt Cobain no nos parecería extraño y sería una mina para cartelitos con frases célebres tan en boga actualmente, o estados de facebook y msn varios.
El acertadísimo primer single y que ya fue vídeo telúrico en los primeros días de su edición, Caperucita A Ciegas, de las más pop del disco y que nos podría dar otra visión más realista de los "cuentos" del día a día y con unos coros femeninos que llegan directamente al alma; Matrix de letra corta y de parafraseado acelereado que nos hace dar de bruces con la más cruda realidad; o la calidez acústica de Libélulas, que puede hacernos pensar en los primeros Lori Meyers, con unas palabras que me hacen pensar directamente en esa personita tan especial por la que se pirran mis huesos.
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