Con su anterior trabajo Parvulario, fue una de nuestras apuestas telúricas, y ya se convirtió en uno de mis imprescindibles, y del que siempre ando con ganas de más.
Con un timbre de voz que recuerda innegablemente al maestro Francisco Nixon, al cual venero desde siempre y al que no pude evitar recomendar a Salvi y su proyecto como el mismo define de "cuatro acordes".
Cuatro canciones con tinte melancólico a la vez que realista y con el tan manido adjetivo de costumbrista como definición idónea.
Pero costumbrismo en cuanto a historias y sentimientos universales, no al que se refiere a personajes con boina enroscada y "misas de siete".
Guerra, con su arranque psicodélico, y su lucha interna y externa a la par, se me antoja como un himno de supervivencia necesario para estos días convulsos; en Poland, con una tensión instrumental tan marcada y sus grandes sentencias "sigo intacto, con ganas de de pelear, entre tanto ando solo sin pensar", por ejemplo, y su estribillo perfecto, la convierten en una de mis favoritas, eso si fuera posible elegir, claro.
Sol, exquisitez acústica cargada de añoranza y emoción y Cuando Eramos Punkis, hit evidente del disco, por ese título perfecto y sus metáforas y por ser la más activa de todas, claro, rematan esta pequeña y encantadora compilación de canciones de este oculto geniecillo, del que me declaro fan absoluto desde el primer día que le escuché, y uno de los letristas del futuro (y del presente) de nuestro pop independiente.
La única pega al respecto es que te quedas con ganas de más, cosa que siempre sucede con los ep's cuando son tan redondos como este. Podéis escucharlo y descargarlo gratuitamente en su página de Bandcamp. Te sigo la pista, abogadooooo...
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