Si el año pasado el título de púber sorprendente recayó en Jake Bugg, del que reseñaremos su segundo disco en breve, este cae en estos cuatro jovenuelos, el mayor de ellos con 17 años (del cual el vocalista, el de más a la izquierda en la portada, es la viva imagen de Luis Piedrahíta), que consiguen con su descaro que los cojones nos acaben repicando en el suelo.
Oyes Mystery Man o Beautiful Delilah y te parece estar en ese tiempo que el rock era rebeldía y puro sudor; suena What A Shame y te parece estar escuchando un híbrido de las primeras canciones de los Arctic Monkeys con el tema principal de La Familia Monster; incluso se te aparece el mismo Chuck Berry al empezar a sonar Blue Collar Jane.
Frenética desde el arranca Heart Of The City, que es puro peligro sonoro; más blueseros suenan en She's So Fine, que debería poner alerta a The Black Keys para no dormirse en los laureles; incluso partiendo de los dictados de los Stones, se marcan discurso propio en I Can Tell, una muestra de que maman estos sonidos desde la cuna.
Poned en una batidora buen blues, un poco de garage-rock y sobre todo mucho frescura y morro y el resultado será seguramente este Snapshot, primera piedra de lo que si nada se pudre una larga, productiva y satisfactoria carrera en el mundillo rockero. ¿White Stripes?, ¿ezo que é?.
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