Una de las cosas que más admiro en las bandas es que tengan valentía. Y el caso que nos ocupa es una muestra evidente de ello, ya desde el principio del que es su segundo álbum, el magnífico Música Ligera Para Un Funeral.
Y lo digo porqué desde Júpiter, la primera canción del mismo, nos sorprenden con un tema vaporoso y de sonido un tanto onírico (¡esos teclados tan Encuentros En La Tercera Fase!) en la que nos transportan a ese lugar especial en el que esconderse de tantas cosas.
Y a partir de aquí, damos la vuelta a la tortilla y nos regalan pepinazos como Agujero Negro, pop electrónico de muchos quilates que debería llevarles a otra división de nuestra música independiente. No menos destacables son Última Estación, en la que l@s fans de The Cure van a salivar como poses@s con esos juegos de guitarras; la expansiva y creciente El Último Hombre En La Tierra, en la que conviven de forma genial los sintes y la distorsión; o La Carrera Espacial, en la que con un sonido similar, avanzan por la izquierda a los mejores logros de Dorian.
Si además de todo eso, Escuelas Pías rubrican este discazo con Qué Quieres Hacer, una maravilla pop inesperada que consigue desde la primera escucha que no olvides jamás su estribillo, entonces simplemente huelga decir que estamos ante uno de los mejores discos que han aparecido en esta última etapa del año.
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