Cada vez que Lluís Bòria edita nuevas canciones la opción siempre es dejarme llevar por esas historias cargadas de nostalgia, de realidades y del vivir a grandes rasgos, y que en su voz casi susurrada toma una dimensión gigantesca.
Tuvimos la suerte de contar con él en uno de nuestros primeros discos telúricos, en el que nos cedió su espectacular versión de La Tieta de Serrat, cosa que no podemos más que agradecerle de todas, todas.
Tiene en su poder esa varita mágica con la que emocionar sin el más mínimo esfuerzo, y con ello crea maravillas como Quan Acaba En Un Descosit; la dylaniana Cau La Nit, un folk-country de lo más pegadizo; Les Ones Del Desig, sabiamente elegida como single del disco; o ese barco al que agarrarse en un naufragio que es Tot Anirà Bé.
Y es que tras ese tono acústico y calmoso, las palabras que desgrana nuestro protagonista en cada canción tienen una fuerza más enorme que cualquier guitarrazo o cualquier grito, con lo que se consigue que cada una de ellas se te clave en corazón y alma, y a eso se le llama magia y talento.
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