Lo primero que diré de este fantástico Oh, Rompehielos es que Ramón Rodríguez destila sabiduría en todas y cada una de las canciones.
Y no lo digo solamente por la parte lírica, sinó por la capacidad de sintetizar en un mismo lugar común lo que demanda su público y lo que él quiere entregarles.
Y no lo digo solamente por la parte lírica, sinó por la capacidad de sintetizar en un mismo lugar común lo que demanda su público y lo que él quiere entregarles.
Con todos los que hablado de este disco hemos coincidido que es redondo de principio a fin, que te apetece y disfrutas escuchándolo de una tirada y sin apenas darte cuenta. Decir que desde la primera escucha del grito de ayuda/canción que titula este trabajo no me he podido arrancarme de la cabeza ese estribillo trotador tan acertado.
Si además contiene temazos pop como Reina Del Amazonas (acertadísimo single) en el que podemos ver a nuestra Annie como protagonista del clip junto a Nao Albet y a las órdenes de Lyona; la que se ha vuelto tras las escuchas mi favorita Mientras Sea Un Intruso; la durísima pero calmada en su ejecución El Yeti; la épica moderada (que le emparenta en algún momento con el tono de Pau Vallvé, por poner un ejemplo cercano) de Al Margen; o Moneypenny, con la que es inevitable no sonreir al saber la historia, (que para nada voy a desvelar) posiblemente pueda decir sin miedo que estamos ante uno de los grandes discos del año.
Me gusta recalcar siempre que puedo que The New Raemon consigue con su voz las cuotas de emoción en mi persona que consiguen artistas como Jaime García Soriano, Jero Romero o el desaparecido y añorado Antonio Vega, así que este trabajo me parece un regalo caído del cielo y todo un gustazo para los oídos y el alma, que eso también hay que cuidarlo.
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