La primera vez que pulsé el play para escuchar It's A Crush y empezó a sonar Goodbye/Hello, tuvé esa sensación de confortabilidad de cuando llegas a tu casa después de varios días sin pisarla. Mi nivel de admiración para con la banda sigue intacto y multiplicándose.
Siguen facturando temazos de indie-rock robusto como nadie ha hecho jamás en nuestro país, y muestra clara de ello podrían ser Sentimental Shock, en que la siempre emocionante voz de (el gran) Eric Fuentes se entremezcla a la perfección con una contundencia sonora; como la fresquísima The Welfare State, con la que no he podido evitar pensar en los grandes momentos de The Descendents; o la brillante Eyes Get Used To Darkness, en la que la sección rítmica consigue que te adentres de inmediato en la atmósfera de la historia que nos cuenta.
Dan por cerrado el disco con una delicatessen acústica, si, una de esas a las que Fuentes nos viene malacostumbrando, que bajo el título de Vapor Stairs consigue (como de costumbre) estrujarnos la patata a base de bien. Como bien decía Miguel Ríos antes de meterse en berenjanales políticos en los que está anclada la vieja izquierda : Bienvenidos (de nuevo).
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