A finales de lo noventa, si servidor tenía un grupo favorito, ese era Kula Shaker. Disfruté y apuré al máximo los imprescindibles K y Peasants, Pigs And Astronauts, redondos de principio a fin, y tuve una decepción inmensa con su último trabajo hasta la fecha, el espeso Pilgrims Progress.
Con este K 2.0 vuelven a la ficha de partida, y retoman realmente esa esencia hindú que tan buenos frutos les dió antaño, y así son capaces de enamorarnos de nuevo con piezas como la impepinable Mountain Lifter; ese single anti-single maravilloso que es Infinite Sun, casi más adecuado para hacer meditación trascendental que para copar las listas, pero eso si, con unas guitarras exquisitas.
La funkoide Get Right, Get Ready; delicatessens pop como Love B (With You) que te pone de inmediato a hacer palmas armada además de unos coros increíbles, y Holy Flame, disfrutable al mil por mil y cercana en sonido al Coffe And Tv de Blur; la fronteriza y crepuscular High Noon; o la más country del pack, Death Of Democracy, con clara influencia del Johnny Cash más trotante, dan fé que han vuelto para quedarse.
Crispian Mills y los suyos han vuelto en la mejor forma posible, y este nuevo trabajo se me antoja un soplo de aire fresco como ya lo fueran los discos que he citado al inicio de la reseña, y una reafirmación ante bandas increíbles como Temples, que deben creo que mucho a los Kula, dejando claro quien manda aquí. Una gozada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario