Supongo que estas navidades los que han regalado algo tan bonito como la música, si han optado por este como presente habrán acertado, ya que el regreso del enfant terrible de la música británica a los standards y al rollete crooner, se salda con un resultado para todos los públicos y menos canalla de lo esperado.
Ya empezamos asustados tras ver el abuso de photoshop de la portada, y nos ponemos alerta con la más bien desangelada adaptación del Dream A Little Dream, canción que creo que le podría haber sacado más jugo y más con la colaboración de Lily Allen, la auténtica buena noticia aquí.
Tampoco rescata de la cansinez a 16 Tons, a la que siempre le he tenido cierta tirria por su espesor; aunque con I Wa'Na Be Like You, la más recordada de la banda sonora de El Libro De La Selva, que aquí interpreta con la inestimable ayuda de Olly Murs suena divertido (no suelto del todo) aunque supongo que será para verle en directo cantándola.
Aparición del pesado de Michael Bublé en Soda Pop, sorprendentemente de las más acertadas del disco; y del gran Rufus Wainwright en la titular y quizás la mejor de todas ellas, Swing Both Ways, que además cuenta con un divertido pique sobre su sexualidad que le da el punto socarrón e irónico que esperamos de ambos.
Lo dicho, ni tanto ni tan calvo, pero a los que nos gusta el bueno de Robbie (a pesar de las críticas sin base), y más cuando se nos pone en plan Sinatra, es una alegría, y que quieren que les diga, prefiero este disco aunque no me convence del todo que mucha de la mierda que nos hacen tragar a paladas.
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