Este fué uno de los discos que me hizo desear que las listas de lo mejor del año que publicamos fuera de más de diez bandas, ya que la lírica y el imaginario de este artista (no hay más que ver su Instagram) los siento muy acorde en muchos aspectos.
Pero es que sonoramente siempre me llega cualquier cosa que haga, y no hay más que escuchar canciones como la inicial Tú No Sabes Quién Soy Yo, con la que precisamente titula este trabajo, una suerte de noise-rock con tintes electrónicos que le emparenta a bandas como El Columpio Asesino; Fabio, todo un tributo a McNamara, tanto en la forma de la composición como en la letra y con unos arreglos que pueden recordar a Talking Heads; esa asociación perfecta con Hazte Lapón (otros que tal bailan) en Como Carrie White; o ese cinismo y humor propio imperante en Porno Romántico, no son para nada moco de pavo.
Como siempre, todo el mundo tiene sus favoritismos, y yo para no ser menos quiero decir que estoy totalmente entregado a la impecable Luz De Gas, que seguramente de haber sido creada en los ochenta sería todo un himno de la movida, y a día de hoy debería ser uno de los hits más radiados de nuestro pop, ¡que cojones!.
Lo dicho, como decía el bueno de Señor Mostaza, aquí hay mucho mundo interior, mucha sana influencia, mucha tela que cortar, y sobre todo mucha lucidez que esperemos que siga plasmando en forma de canciones por mucho tiempo. Nuestros oídos son todos suyos.
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