Seguramente mucha gente en nuestro país descubrió a Florence a través de la magistral interpretación de Shake It Out de Amaia Romero en OT, cosa que aunque a mucha gente le joda, bienvenidos sean los caminos que guían hacia el talento.
En este nuevo trabajo, seguimos asisitiendo a la evolución y madurez de esta artista a la que seguramente se le citará entre los referentes sonoras pasadas algunas décadas, como le pasa a ella con la recurrente comparación con Kate Bush, a lo que ayudarán temas como el single Hunger. Una canción autobiográfica en la que cuenta detalles de su rebelde juventud que con su inmensa voz y un sonido épico y expansivo acaba siendo uno de los mejores de su magnífica y aún corta carrera.
De temática más o menos afín es South London Forever, otra de las delicatessen de este High As Hope que seguramente explotará en cualquiera de sus directos; la reivindicativa 100 Years, a modo de homenaje al centenario del voto femenino en tierras británicas; la penetrante y embrujadora Big God; o No Choir, pieza con la que se cierra el disco de forma espectacular y dejándonos el corazón en un puño, serán seguramente canciones que no se podrán borrar fácilmente del imaginario de quien las haya escuchado y disfrutado.
La pude disfrutar en concierto en su gira anterior y claro, al sumarse las canciones de este a los directos, se me han puesto los dientes larguísimos ante la idea de tener la suerte de volver a hacerlo. Recuerdo leer que estábamos ante la nueva Janis Joplin (o con la citada Kate Bush), comparaciones un tanto extrañas a mi entender, ya que la música de Florence + The Machine es para darle de comer aparte. Maravilla sonora.
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