martes, 20 de julio de 2010

[Disco] Pink Floyd - Dark Side Of The Moon (1973)

 
Existen mil leyendas e historias que han pasado a aumentar la cantidad de megabytes que circulan por la red sobre este disco. Que si sincroniza con la version de 1939 de la peli del Mago de Oz, que si habla de Syd, que si la portada... en la misma Wikipedia encontraran parte de esto, y hacia el final del enlace una cantidad inhumana de bibliografía y referencias para leer que si las terminan pasaran a engordar el libro Guiness de los records. A mi, francamente, me interesa la música. El contenido. Y es fantástico. No saben ustedes la cantidad de veces que he llegado a reescucharme este disco por voluntad propia.

Speak To Me/Breathe/On The Run

No puedo imaginarme como sonaría el Dark Side Of The Moon a mediados de los 70. Los que intentan etiquetarlo nunca seran capaces de concretar con un tag un trabajo tan extenso e influido como innovador e influyente. Recogen de la psicodelia con sutileza, como acarician las armonías del blues. Mason tiene que contenerse para no swinguear en más de un momento. Y no señores, no es rock progresivo. No existe el virtuoso, hay un trabajo en equipo. Dark Side es un disco totalmente sólido, indestructible. Quizá me agarre a eso de 'rock' por decir algo: aunque en el 73 pocos imaginaban que los ejercicios de sintetizador de On The Run o de Any Colour You Like. El disco es una demostración de como se afronta un disco experimental en la actualidad: se recoge, se siembra, se modifica genéticamente. Solo que recordemos, hablamos del año 73.

Time

Todos estos palos encajan en un puzzle de cinco mil piezas pensado por mentes con ganas de funcionar como equipo. Waters y Gilmour trabajan voces y guitarras/bajos como nunca -quizá exceptuando el Wish You Were Here-. Los solos de Time se clavan en el pecho, las letras de Breathe son crípticas en su punto justo. Cualquiera puede escucharlo y sentir algo, hablar de las canciones. Y como todo buen disco, un single. Algo para la radio. Money tiene un riff de los más pegadizos que existen. Y difícil. Una pieza a ritmo de siete no es natural, pero esta gente lo entienden y lo interpretan sin caer en la fácil trampa de la complicación polirítmica. Si a eso le juntamos una crítica ácida del momento y un saxo que para nada intenta ser sexy, tenemos el hit preparado.

The Great Gig In The Sky


¿Y cuál es la verdadera genialidad? The Great Gig In The Sky. Piel de gallina. Gallina de piel. Clare Torry (aunque no me olvido de la srta. McBroom) es epidermis tiesa. Escarpias. Es jazz, voz negra. Y es clímax de rock, y por duplicado (casi). Richard Wright se luce con lo justo puesto. Un piano que otrora habría caído en las manos de un desafortunado Paul Anka y hubiera provocado algo tristón e insulso. Y para clímax, el que se cascan con todo sobre la mesa en Brain Damage/Eclipse. Emocionante como pocos, como lo son los coros de Us and Them.


Us and Them


Del Dark Side se puede hablar mucho. Y entra o no entra, como cualquier disco surgido de un experimento que se precie. Pero lo que es imbatible es la maestría de Waters y Gilmour en sus respectivos campos, de la contención de Mason, del acompañamiento esencial de Wright. De que pocas veces una banda ha trabajado tan bien junta. Y que la suerte les condujera a Alan Parsons. Y a Storm Thorgerson y compañía para generar uno de los iconos de una generación.

Déjense de puñetas, será algo espeso. Es que, en serio, son impacientes. Esta vez, un millón de lemmings quizá no se equivoquen. En mi humilde opinión, mi disco de los últimos 50 años. Incluso más que el OK Computer de Radiohead (y que los mismos Radiohead les versionen algo querrá decir). Como pasa con otros discos hiperestudiados, no voy a inventar nada a estas alturas, así que me limito al final a recomendarlo. Es, simplemente, esencial. El 1. Y no hacen falta drogas.

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