Me he tomado algunas semanas para poner a los albaceteños Atticusfinch en este humilde sección de la apuesta telúrica, y la razón no es otra que me encanta su música, ni más ni menos. Para servidor, cualquier banda dotada con esa patina mod que tienen nuestros protagonistas, de inmediato copará toda mi atención. Así que...
Arranca Vacaciones en Shangri-La con la magnífica No Hay Olas En Bondi Beach, un power-pop frenético de alma surfer y unos adictivos coros en la línea del Ça Plane Pour Moi de Plastic Bertrand; a la que sigue Mateo's Song, la que me ha transportado de inmediato a las canciones de Los Romeos, a mi entender uno de los grupos más frescos e infravalorados de la década de los noventa.
Surf-rock de muchos quilátes el que nos ofrecen en Un Despiadado Mundo, que quedaría perfecta a modo de banda sonora de alguna road movie (atentos Bajo Ulloa, Álex De La Iglesia...); seguido del alma sixties de La Vida Es Sueño, con unas melodías nítidas y un tanto naïf (en el mejor sentido de la palabra); y la ramoniana Que Empiece Ya, que enamora desde la entrada de esas guitarras punk-rockers. Si sus conciertos arrancan con ella, (que lince, ¿no?) les auguro éxito desde el primer momento con la masa enfervorecida.
Que mejor título para cerrar un disco, ep, single o lo que se tercie que El Final, y que además lo hagan con una canción que va mutando a lo largo de su duración, de balada a rock intenso y aguerrido. Poco que objetar a un material que no baja pistón en ninguno de los temas que lo conforman, con unos musicazos de aupa, y con la sinceridad total en la voz de Eva María Zamora. Y si a todo esto le acompaña un diseño con aires retro, obra de Kike Chumillas, y acorde totalmente a lo que encontraremos en sus adentros, pues miel sobre hojuelas.
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