Creo que los que nos lleváis siguiendo estos poco más de diez años, no será ninguna sorpresa que le dediquemos el clásico de la semana al maestro Pau Riba, uno de mis héroes artísticos y también lingüísticos desde que tengo uso de razón.
Y más si como en este caso que sigue sonando tan brillante como en su publicación pasados más de cincuenta años de ello. Lo hizo acompañado de la banda Om en el mítico disco Dioptria, trabajo que debería estudiarse en las escuelas por su magia, su visión y sobre todo con la inteligencia que destila en cada una de sus canciones.
Una canción de amor de regusto amargo narrado como solamente este genio sabe hacer, con una visión cínica de la vida y de algún modo a la educación católica y la moral que se imponía en esos tiempos.
Obviamente, estamos hablando del que está considerado el mejor disco de rock y canción en catalán, que contó para el mismo con grandes como Toti Soler o Jaume Sisa. Unas canciones a las que siempre es agradecido recurrir, cosa que solamente sucede con las obras maestras.
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