Apartar la parte sentimental y la musical creí que sería mucho más difícil, pero las canciones de Samitier caminan por si solas, con historias en las que sentirnos reflejados cualquiera de los mortales.
Adrià bien podría decirse que podría acabar siendo nuestro Stuart Murdoch particular, por su poso de melancolía tanto en las letras como en su voz, que sinó supieramos que es "nostrat", deberíamos pensar que es del mismisimo Glasgow, abriendo así otra vía en el pop en el idioma de Monzó (y mío), con un pop adulto, lleno de pequeños detalles y con un gusto exquisito.
Cada canción podría ser un single fácilmente, pero la elegida es la efectivísima Porter-Davanter, una de mis debilidades, una pieza de redonda y con estribillazo terrible. De delicatessen podríamos catalogar Equilibri, con unos arreglos de cuerda de aire victoriano y esa letra que hace revisión por el retrovisor del tiempo, vista desde la edad adulta ( o eso entiendo yo).
Magníficas y redondas también Contra les cordes, un himno de lucha personal contra uno mismo; o la rítmica 9 de cada 10, que musicalmente me recuerda a Los Planetas más poppies. Y bueno, así seguiría con todas y cada una de las canciones del disco, aunque es de recibo decir, que me tomo menos tiempo con las más lentas.
Los seguidores de grupos como Mishima o Glissando*,por poner ejemplos cercanos, no deberían dejar pasar este trabajo de orfebrería pop, hecho con gusto y con la ambición, al menos, para lograr un hueco en nuestros corazoncitos.
El dia 3 de junio estarán presentándolo el la sala Clubzigrama de Amposta, no os lo podéis perder.
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