Un grupo con el nombre de una de las películas más divertidas de la historia del cine no podía traer nada malo, y menos si es el proyecto de Dimas Rodríguez, músico curtido en mil batallas y del que solamente había oído hablar maravillas siempre que lo han citado otros artistas a los que nos sentimos afines.
Así que me tiré de cabeza a este disco y entré en un mundo peculiar, totalmente propio, y con unas bocanadas de realidad y de costumbrismo bien entendido que lo hacen totalmente imprescindible.
Por timbre de voz, modo y forma de narrar las canciones, no ha dejado de sobrevolar la estela de Francisco Nixon, uno de los artistas que más admiro y admiraré, así que imaginad como me ha gustado el disco con esos antecedentes.
Maravillosa La Puerta Giratoria, la titular del disco y primer single del mismo (no os perdáis el vídeo), y que contiene uno de esos estribillos que se te clavan en el cerebro y lo vas cantando días enteros mentalmente: lo mismo que la inicial El Hijo Del Hombre Bala Se Va De Vacaciones, con un flow y unos coros que nos transportan a tiempos mejores; o Yo Toqué En Aquel Disco, que te atrapa con esos acordes de western crepuscular.
Destacar también las sobresalientes Credibilidad Callejera, con la que me parece imposible no identificarse (al menos yo así lo he hecho debido a algunos fragmentos); y la exquisitez pop que es La Noche De Fin De Año Somos Arte Funerario. Ganas de más máximas, y sobre todo soñar despierto con un posible dúo con el maestro Nixon, seria simplemente increíble.
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