De verdad que es bonito poder disfrutar de cada paso de artistas que llamaron tu atención desde el primer momento de sus aventuras, y que encima tuvieron en cuenta que pudieras dar tu opinión al respecto. Lo que sería por decirlo de algún modo, un poco compañeros de los viajes en el tiempo.
Para su tercer paso en solitario, Adrian Levi consigue que desde una sencillez compositiva sin demasiados aspavientos, demuestra tener un don para manejar las melodías y las emociones, siempre para beneficio de las canciones, que ves como crecen ante tus ojos (y oídos) como crecen, y crecen, y crecen...
Desde la inicial Red Monsters, que debería encantar y hacer babear a todos aquellos que disfrutan de artistas como William Fitzsimmons, de la que realmente espero que suene la campana y algún avispado publicista la descubra y la tenga en cuenta para algún spot; siguiendo con Forgive This Time, mi favorita del disco, dotada de una magia única, y que utiliza los recursos electrónicos solamente para remar a favor de una melodía bellísima; o ese broche de oro que es Put The Blame On Me, que son dos canciones en una y que vendría a ser como juntar a Kings Of Convenience con Linkin Park (así a grandes rasgos), son razones de lo más poderosas para no dejar escapar esta maravilla sonora.
Nueve canciones excelentes que pasan como un soplo de aire, para el que siempre es un buen momento para darle al play, y que deberían poner a nuestro protagonista en un lugar más visible entre los alumnos aventajados de nuestro pop.
