Casi desde el principio de empezar con esto todos y cada uno de los pasos de J. Verben (y sus mutaciones sonoras) han sido seguidos y venerados por servidor sin contemplaciones. Y es que desde un primer momento tuve claro que estaba ante uno de los autores más lúcidos de su generación.
Con una actitud DIY frente a la música (sea obligada o no) nos ha ido dejando a través del tiempo pequeños grandes himnos con los que hacer nuestros días más llevaderos, todo eso sin perder ese toque mundano y cargado de verdad (y a veces un tanto surrealista) en las letras con el es imposible no empatizar.
Así que en este Recopilación, publicado por Fikasound, me reencuentro e incluso consigue que se me encoja un poquito el corazón con canciones como Sorda, una de mis favoritas suyas y que me algún poder mágico desconocido, me consigue cada vez transportar de inmediato al primer play que le hice, con Cerdo Capitalista, tratado con alma punk que sonoramente bebe de gente como Aviador Dro; la magnífica Sufre El Surfer, que tuvimos la suerte que formara parte de uno de nuestros recopilatorios telúricos y que podría ser el resultado de meter en una batidora los coros de Brian Wilson con la oscuridad sonora de Joy Division; o ese final perfecto con Vente A Alemania Otra Vez, Pepe, la que además de uno de los mejores títulos en década, tiene una retranca con mucha realidad en su lírica.
Sea con este proyecto o con otros más "faraónicos" (guiño, guiño), espero que no nos quite de disfrutar de su genialidad (al menos yo considero así lo que hace este pedazo de crack) cada cierto tiempo. Y si es cada poco, pues mucho mejor. Adorad todos a J. Verben, ¡joder!.
Para los que le seguimos desde siempre, cualquier novedad discográfica de Steven Munar es una alegría mayúscula, ya que se trata de un músico inquieto, que sabe beber de sus influencias con tino para crear un material realmente genuino y con discurso propio.
El título de Violet Koski nace de un cuento escrito por su madre para su abuela, y con el que ha querido hacer un bonito homenaje, aunque la influencia materna tiene peso también en Mother, compuesta a partir de un poema suyo, y que dedica a su hija bajo unos preciosos acordes que nos hacen pensar en los clásicos de Cat Stevens.
Tras repetidas escuchas me atrevo a decir que ya tengo favorita del disco, y es precisamente la segunda canción, Hear Me Calling You, con una melodía de lo más emocionante y cargada de pequeños detalles que hacen inmensa esta joya folk-rock de poco más de tres minutos. No por ello voy a dejar de subrayar maravillas como Hey, Hey, Hey (Re Do It Again), donde sobrevuela el espíritu del gran David Bowie en toda la canción; la nostalgia implícita de Pictures, Postcards, And Other Things; o Fuck Your Vanity, canción con madera de himno, y que sonoramente parece de otros tiempos seguramente mejores para la música.
Nos gusta que pase el tiempo y que nos podamos seguir llenando la boca cuando recomendamos cada trabajo de Steven Munar, un músico que además de su talento, expulsa en sus composiciones una honestidad que traspasa más allá de las notas y las palabras. A grandes rasgos, venimos a decir que estamos ante un señor discazo, ni más ni menos.
Arrancamos la semana telúrica y lo hacemos con las canciones de Joan Villalonga, que empieza su andadura en solitario con este ep, tras su paso por bandas como TanStuPids o Four On Six, en los que oficiaba como pianista de los mismos.
Lo que se adivina en estas cinco canciones es su gusto por el buen pop, cosa que desde la inicial (y titular) Un Día En Aberdeen, en la que se nota una querencia tanto de Antonio Vega como de Nick Drake (con todo lo que esa suma supone); seguida de Aquí y Ahora, en la que las atmósferas se funden con las redondas melodías, en un tema que anima a disfrutar del momento con su letra.
El siguiente paso es Busquemos, mi favorita del pack, de tempo creciente y que con esos coros de pura escuela McCartney te atrapa sin remedio para disfrutarla hasta el final; Nada Es Natural, en la que en la primera escucha confundí la voz de Víctor Ballester con la de Shuarma de Elefantes, y que podría estar incluída tranquilamente en el recordado Somos Nubles Blancas.
El colofón llega con la bellísima El Mundo Puede Esperar, con una lírica del calibre de "despierta ya hay luz, podemos jugar, es tiempo ya, la cama está sin hacer, el mundo puede esperar, es tiempo ya", que emociona con su naturalidad y sin necesidad de recursos poéticos vacíos. Material 100% disfrutable y que deja con ganas de más.
En esta casa se quiere mucho y se admira hace tiempo el talento de Iván Marcos, y más asiduamente desde que con su propio nombre desplegara de nuevo su talento con el brillante Mi Exilio Interestelar, que reseñamos y con el que retomamos su pista y con el que encima babeamos como hacemos ahora de nuevo.
Canciones con alma de hit como la impepinable Sinvergüenza, que encandila de buen seguro a los seguidores de bandas como La Casa Azul o Parade; o la encantadora Very Important People (VIP), que tiene ese punto mágico de las más juguetones e incluso infantiles que nos regalaba ese genio llamado Paul McCartney.
Todas bajo la temática común del odio en todas sus variantes, evidente en títulos tan obvios al respecto como la flotante Te Odio, que contiene trazos como tan directos como "no quiero que malinterpretes lo que te tengo que decir si hay algo en este mundo que me toca los cojones es tener que discutir"; la menos evidente El Día De Tu Funeral con la que cierra este trabajo; incluso la casi agónica y más que real Azul Celeste.
Un genio que además de este Odio...Del Verbo Odiar, va desgranando semanalmente revisiones al castellano del 69 Love Songs de The Magnetic Fields, y que podéis ir siguiendo desde su Bandcamp simplemente pulsando AQUI. Por cierto Iván, millones de gracias por formar parte de nuestras locuras, es todo un lujo y un orgullo.
A Pachi García hace ya tiempo que le considero uno de los mejores letristas de nuestro cancionero en castellano y en este Recopilación De Excesos Emocionales esto no hace más que reafirmarse y subrayarse en fosforito naranja.
Aquí se nos presenta por partida doble, primero con una recopilación de algunas de sus mejores canciones interpretadas junto a compañeros de viaje y con momentos brutales como ese Material De Disección junto a Iván Ferreiro; en La Fuente Del Chi con la siempre maravillosa Zahara, o Resérvame El Mejor Abrazo, para mi una de sus mejores temas con diferencia, junto a Alberto de Miss Caffeina.
En la segunda parte nos encontramos con 8 nuevas joyitas que añadir al repertorio del artista baezano, todas ellas interpretadas de forma directa, sencilla y simple, con lo que se consigue en el oyente un impacto inmediato, doy fe. Destacaría entre ellas la bella Quizá Otro Día, con una emoción a prueba de bombas; la metafórica Gol, en la que los arpeggios de guitarra me transportan directamente a los primeros y posiblemente mejores Radiohead; y Me He Mudado De Mí, la más movidita y juguetona del pack.
Alis es uno de los grandes de nuestra música independiente, eso está más que claro, lo que falta ahora es que se entere de ello el gran público, demasiado atolondrado en el latineo y los productos adolescentes de multinacional.
Lo primero que pensé al descubrir los dos discos de Daniel Insa es que como se podían hacer dos discos que juntos suman un total de 26 canciones y no haya sitio para la desidia ni para el aburrimiento.
Me decidí a reseñar los dos en un mismo lugar para ver yo mismo que separaba lo que unía a uno y otro y debo admitir que ha sido una experiencia divertida y a repetir, eso seguro, así que damas y caballeros, ya pueden mandarme sus discografías completas...
Empezaremos con Delivery, un tratado de power-pop redondo y apetecible muy de la escuela del Elvis Costello inicial, esa que a pesar de que caigan guitarrazos el poder emocionante de la voz de nuestro protagonista pondera sobre el resto. Y con canciones como la brillante Politics; Let Me Be, perfecta ya desde el punteado inicial; Asking For Some Action (¿su Welcome To The Morning Week?) o la bonita y juguetona The Prettiest Thing, por cierto mi favorita, es capaz de alegrarnos los días y dibujarnos sonrisas con sus canciones, yo diría que necesarias para la vida.
Y afrontamos su trabajo más reciente, Drawings At Your Back, que siendo más reposado que el anterior (y a mi entender repietiendo referente, ya que vuelvo a atisbar a Costello, pero ya el más actual, pero también veo ecos de otros músicos, como el caso de mi adorado Evan Dando en canciones como Right Before I Go o Going On Dreaming; y de Tom Petty en The Sun Is Getting High, lo cual hace que afronte las canciones con las mismas ganas que lo haría con los citados
Queda claro que ambos son hijos del mismo padre, pero también se adivina que los ha grabado en diferentes momentos vitales con lo que consigue la fácil empatía con ambos.
Aunque lo realmente destacable aquí es que tengamos un músico en nuestra escena capaz de realizar canciones tan bellas como más o menos dice el título de una de sus perlitas, Just Beautiful Songs, a la que me siento adicto sin remedio posible. Os recomiendo que disfutéis de (todas) sus canciones, visitando y comprando sus discos en Bandcamp.
Con Alis, quizás por el exceso de música que intento abarcar al cabo del día, pasé de tenerle como uno de los músicos de cabecera a casi ni escucharle.
Por suerte las aguas vuelven a su cauce, y regresar a la voz de Pachi es uno de esos lugares comunes de la vida agradecidos.Y además entono un mea culpa como una casa...
Arranca de forma contundente con la canción que títula el disco, Cantos De Ocasión, armada con una percusión abrumadora y unos guitarrazos funk que atrapan de inmediato; y empatiza con mi modus operandi gracias a la inmensa (e inmenso título) Tachadme De Las Listas De Las Bodas, un grito tierno pero valiente a la tranquilidad personal y al huir de las masas y postureos varios.
Fan total de Alineación De Planetas, con párrafos como "busco una mirada que escriba una línea torcida" o "asumiré la derrota, mientras tanto tomaré otra copa", que son buena muestra de por donde van los tiros; o mi preferida del disco hasta la fecha (ya saben que eso se va alternando), ya que me suena a sus viejos hits, la redondísma El País De Mis Digestiones.
Necesitaba regresar a sus canciones, porque la sensación esa de la vuelta al hogar (metafóricamente hablando), quizás gracias a lo habituado que estoy a los trabajos del productor del mismo, Suso Saiz, por mi creencia casi religiosa por Ferreiro y Piratas, todos sabemos lo bien que sienta. ¿Inmenso Alis!.
Parece ser que que al bueno de Jens le han rato el corazón de mala manera escuchando lo que nos cuenta en este su nuevo trabajo discografico, tras Night Falls Over Kortedala, del que ya hace un lustro.
Parece que los destellos brillantes de sus canciones no vayan a aparecer, y cuando lo hacen lo hacen de forma sutil y semi-escondida, como en la delicia que titula el disco, donde realmente se reconoce su huella, pero ahora nos conquista de otro modo.
Ya desde esa intro a piano titulada Every Little Hair Knows Your Name, que debo decir a riesgo de parecer gilipollas, que al principio me ha sonado a El Río de Miguel Ríos; también en The World Moves On, en que nos recuerda al Stuart Murdoch más reciente; o la que me tiene más enamorado hasta la fecha, The End Of The World Is Bigger Than Love, donde se nos muestra con una voz meláncolica y de absoluta tristeza, (quizás también por el remalazo Take On Me del estrilbillo, ejejeje), es extraño no empatizar con ellas.
Personalmente prefiero temáticamente el anterior, pero si sabes encontrar el momento a este I Know What Love Isn't, aparecerá en tu discografía para quedarse, aunque es justo decir que algunas de las aquí incluidas son obras menores para el talento del sueco.
La portada no engaña para nada, y el autor de la emblemática Sipping On The Sweet Nectar solo mira de reojo el camino realizado en esta nueva entrega de sus andanzas musicales.
Todos y cada uno de los pasos de El Hijo en esta humilde web han corrido de mi cargo, cosa de la que no puedo sentirme más que orgulloso.
Su lírica a veces surrealista y a veces demasiado real lo hace necesario para formar parte del imaginario musical de servidor de ustedes, damas y caballeros.
En Los Movimientos, quizás su disco más pop, o más accesible, ya que pop lo ha sido siempre, Abel Hernández esconde tras sonidos cristalinos, flotantes y melodías perfectas con la dosis justa de épica, momentos de absoluta belleza como "si tu pudieras ver, si alcanzaras a mirar, verías mis moléculas bailar, tormenta mira al son de tu oscura canción, tu tempestad es lo que quiero amar" en la hermosa Tempestad.
La muy british Exteriorización Del Cuerpo Astral, que suena como los Blur de 13, donde suelta perlitas como "cuando desperté después de aquel sueño de años y años, quizá más de cien, oscuro era el pozo donde me encontré y en sus dulces aguas yo solo veía fugaces reflejos que quise creer de tí", muestran que estamos ante un artista de talento abrumador, cosa que muchos ya teníamos presente de hace mucho tiempo.
Testigo Luminoso, que musicalmente son dos canciones encerradas en una, en la que muta y muta hasta la explosión final; o Stockhausen, que me parece apasionante en todos los aspectos, confirman y requete-confirman que "los movimientos" de este artista siempre son hacia adelante, y que si Madrileña era magnífico, este es sublime, y que solo pronostica más grandes momentos en capítulos venideros.
La portada no engaña, es un disco bonito sin contemplaciones que valgan...
Llevo ya tiempo tratando de descifrar los parámetros de este nuevo disco de los Mishima, y aunque me provocó una euforia brutal a su salida, su fuerza sobre mí se ha ido diluyendo con los días.
Supongo que será cuestión de piel, cosa que ya me sucedió un poco ya con Ordre I Aventura, que no me llega tanto como sucedió con todas las canciones de Set Tota La Vida y con la inmensa mayoría de Trucar A Casa, Recollir Les Fotos, Pagar La Multa, cosa que no va en detrimento de un David Carabén más que inspirado, y con un grupo que evoluciona paso a paso, labrando una trayectoria coherente, culta y a la par accesible a todo tipo de oyentes.
Se quitan peso de encima con L'Última Ressaca, quizás su canción más lúdica en todos los aspectos, aunque no por ello, no esconda sus puntos de amargura; los deseos ocultos presentes en No Obeir; o la total decadencia de El Camí Més Llarg, probablemente una de las que saldrá más beneficiada de su paso a los directos, son las que nos muestran quizás un punto más crápula, o menos rebuscados, como se quiera llamar, cosa que les hace terrenales y humanos como todo hijo de vecino.
Adaptan a Brassens con soltura en No existeix l'amor feliç; nos relatan una pasión vital y total en La Vella Ferida; o la maravillosa y literaria búsqueda de la dichosa palabrita de cuatro letras en Els Vespres Verds, muestras evidentes de una lucidez a prueba de bombas, y de momento, de un talento quizás aún no demasiado abundante (al menos por cantidad), en el panorama de la música catalana actual, y eso que hay buenas piezas...
Lo dicho, que probablemente lo mío son falta de escuchas, o de vivir algunas de estas canciones en mis propias carnes para hacerlas mías como me sucedió anteriormente, y digo que no es mi preferido del grupo, lo cual no quiere cerrar puertas a que lo acabe siendo. ¡Viva las contradicciones!.
Hay tres voces de nuestra música que siempre han conseguido debilitarme, por su ternura, melancolía y ese toque mágico al expresar sus canciones : el desaparecido y grandíoso Antonio Vega,Jaime Garcia Soriano de Sexy Sadie y Jero Romero, ya sea con The Sunday Drivers, o en esta nueva etapa en solitario.
Recuerdo el punto justo en que supe que sería ya seguidor de todo lo que hiciera esta magnífico músico, y fué en el Bulevar de Chema Rey en Radio 3(que tanto se echa en falta), cuando presentó la redondísima Do It y entre otras, las que me remataron, esa exquisiteces que son Rainbow Of Colours o She.
Nos hicimos eco de su proyecto en Verkami para grabar este trabajo, por las ganas que teníamos de que saliera todo adelante y esperemos que algún mecenas saliera a expensas de nuestro blog, y ahora ya podemos disfrutarlo y ponernos a sus pies como era de esperar.
Yo desde la portada, que parece todo un homenaje al Harvest de Neil Young se nos pone en el bolsillo, pero es con sus letras, a las que antes tenia que recurrir via traductor de google y ahora canto a grito pelao, mientras que en algunas me tengo que contener las lagrimillas.
Correcto, un tema por el que mataría el mejor Josh Rouse, desnuda, preciosa y una de mis favoritas del pack, con la que me identifico totalmente en el fragmento " a veces tiene miedo a descubrir que si, que a veces es correcto lo que opina sobre mí", cosa que me ha sucedido con más de una persona a la que he querido y me ha dado la patada.
Las leves, la que más me recuerda a los Sunday por sonido, y la primera que se quedó en mi corazoncito con sentencias como "sal de mi cabeza, puedes salir por donde pone entrar, quiero mi tristeza", con las que por servidor ya merece el cielo; Devolverte, una canción que habla de los intentos por arreglar una relación cuando ya parece tarea imposible; o la simplemente increible Cabeza De León, la que títula este increible material discográfico, y que como le dije al colega telúrico Axel, es el tipo de pop que me gusta, así a secas, redondo, efectivo, especial y adictivo, y todo eso en menos de tres minutos, ahí es nada.
Su letra ya es bandera para mí, que he utilizado de nickname (aunque eso suene infantil) en msn y facebook con ese párrafo espectacular que es "tenía en la mirada el brillo de los dos, tenía en la sonrisa un trozo de tu amor, y no te diste cuenta, no te diste cuenta, no te diste cuenta y es mejor". Podria destacarlas todas y solo decir cosas buenas de ellas.
Resumiendo, que estamos ante uno de los acontecimientos discográficos nacionales del año, ante uno de los mejores letristas en nuestra lengua desde ya, y que será un disco de largo recorrido tanto en mis reproductores varios, como en mi vida, ya que estas canciones tanto de ruptura como de comienzos, siempre deberían ser compañeras de alguien con dos dedos de frente. Puedes escucharlo desde su bandcamp. Disco de 10.
Mientras esperamos que en breve caiga el Vol.2, analizaré (tan exhaustivamente como sea posible con la poca materia gris que soy capaz de usar hoy) el primero de estos volumenes, cargados de ironía, locura desbocada, lirismo cargado de exabruptos sútiles y talento para lanzar proclamas escondidas entre melodias naïf.
Espectacular en el arrebato de esperanza en los adolescentes Fé en el acné; indie-pop efectivo y de calidad en Pirotécnia Barata (quizá por eso la titula así), la redondez rítmica y adictiva de Cada día más; o el trabalenguas que es Server Led, el cual es imposible cantar del tirón a no ser que el que lo haga se llame Fidel Castro; y se nos vuelve loco en un country anfetamínico titulado Anem a l'Alcampo, utilizando el supermercado susodicho como metáfora de huida de esta civilización podrida.
Pero en las que realmente me remata es en Las Distancias Cortas (con un deje al Do It de los Sunday Drivers, que creo que solo noto yo), y en la súblime, perfecta o cualquier adjetivo gigante que se le pueda dar, Màgic, solo acompañado de una guitarra acústica, deja finos a los mandatarios del mundo y nos muestra una solución hedonista y quizá egoista, que es la que yo adopto también "es màgic, es meravellós que ens menteixin així, jo no vull pas la veritat, vull ser feliç / es mágico, es maravilloo que nos mientan así, yo no quiero la verdad, quiero ser feliz", parrafada que en pocas palabras resume una forma de vida a la cual me adoso y por la que ya valdría la pena apostar por el disco nada más leerla/escucharla.
A Joan Colomo le amas o le odias (lo que siempre le sucede a la gente con verdadero talento), y creo que es bastante evidente que pienso yo al respecto, ¿no?.
Pues ya está aquí el segundo trabajo en solitario del vocalista (flipado) de James, del cual aún tengo en la retina ese directo que se cascó en el FIB hace unos años. No voy a decir nada más al respecto.
Aunque no voy a decir que vuelve hecho la alegría de la huerta, pero al menos no es tan coñazo como el anterior, y sobre todo gracias a que se ha quitado de encima ese rollo hare krishna y místico, que aburría a las ovejas.
Aquí hay buenísimas canciones, como As Far As I Can't See, un temita algo cumbaya, pero que te atrapa desde la primera escucha y que para servidor es el mejor tema del disco, además con mucha diferencia.
Sale ileso de tomar prestado el sonido del grupo y nos cuela cancionacas como Monsters, la redondísima All About Time o la más electrónica (es un decir) del pack, que es Buried Alive.
Las demás, una amalgama de baladones, épica mal administrada y medios tiempos mansos, que acaban resultando un verdadero muermo.
A pesar de eso, no es un muy mal disco, tampoco es un discazo de narices, pero si se sabe escoger entre el grano y la paja, se puede pasar un buen ratito.
Atención navegantes, estamos ante uno de los discos nacionales más sorprendentes de lo que va de año.
El bueno de Eladio, nos sorprende con una ristra de temazos brutales, con un eclecticismo a prueba de bombas y con aire y sonido totalmente renovados.
Hice mío de entrada un párrafo de ese pedazo de single que es La cruz, ese que dice "yo soy un suicida, enamorado de la vida...", con el que cualquier fan de Kurt Cobain habría hecho dogma en algún momento, y que nos atrapa con ese sútil acompañamiento electrónico.
Sorprende también con ese electro-country titulado Con el corazón en la mano, que parece como si Quique González hubiera mutado en Prodigy.
El alegato de Están ustedes unidos sobre la vida, sobre el todo, sobre los estados, tirando musicalmente de sus ancestros y colándonos incluso unas gaitas; el deje a Teo Cardalda (otro ilustre gallego) en la voz, totalmente visible en Miss Europa, "si cuando desfilas parece que flotas..." delicatessen a piano y voz con arreglos de cuerda de fondo; o la simplemente espectacular Pedimos perdón, hermanable con el electro-pop soft de la escuela The Postal Service, que por narices debería gustar a todo el mundo con un mínimo de gusto por la buena música.
En resumen, nos pone a bailar sobre una base textos y relatos que retan a nuestra inteligencia, para nada banales e insulsos y nos pone tiernos como pocos saben hacerlo, con sus melancólicas baladas.
P.D. : Me encanta el guiño a Tim Burton de la portada...
"por todos los días felices, por todo el daño que nos hacemos, pedimos perdón como caballeros..."