Antes de empezar con la reseña, quiero aplaudir (más que aplauso, ovación) la valentía de la banda por su originalidad en tiempos de clones y a Bankrobber por estar siempre atentos a las bandas y artistas con personalidad más allá de su comercialidad.
Obviamente, cada oyente tendrá su debilidad y yo no voy a ser menos, ya que desde un primer momento me rendí a The Fire Of My Gun!, pieza de rock psicodélico en la que podemos detectar admiración por The Doors, The Flaming Lips, Kula Shaker e incluso los Pink Floyd de Syd Barret.
Por otros derroteros sonoros no menos apetecibles transitan Via Magenta, maravilla expansiva con sus dosis necesarias de épica y un trabajo de guitarras que es para quitarse el sombrero; la mixtura sónica de Burn The Witch, en la que nos puede parecer escuchar desarrollos jazz, su poquito de krautrock y con un trabajo vocal de Pol Batlle simplemente abrumador; o Tiempo, pieza con la que empiezan el disco de forma pausada y debería tocar la patata de los que adoran al gran Caetano Veloso, ya que va sobrada de emoción y detalles. Lo dicho, un trabajo que no es de primera escucha, posiblemente tampoco de segunda, pero a la que accedes a su mundo y a sus códigos es una verdadera gozada. Es bueno y necesario que bandas con un primer trabajo demuestren una personalidad que tira de culo, es señal de que no todo esta perdido.
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