Curioso caso el del señor Oliver, tanto en solitario, cómo con su grupo. Da vida al dicho 'más vale caer en gracia que ser gracioso'. Porque si bien, en ambos casos nos ofrece algo bastante original, no me acaba de convencer nunca al 100%.
Con Antònia Font soy capaz de disfrutar con algunos temas, pero nunca con discos enteros, incluso en su anterior disco en directo, me atrevo a decir que no había suficiente buen material para hacer un grandes éxitos, ni mucho menos.
Dicho esto, en este disco, cómo es considerado un genio haga lo que haga, nos hace la gran chorrada de hacer un tema sintonía de móvil, por llamarlo de algún modo y salir ileso de ello, con un título cómo Fantasia Midi. Desde luego, Lego ( jojojojojo ) no me convence, ni la aburrida Polo de llimona tampoco. Tal vez lo suyo sea hablar de marcianos, astronautas y odiseas lunares, porque hasta Marcianet de Mart no consigue atraparme, quizás porque le encuentro ese aroma naïf de Jaume Sisa, del que ya se le podría haber pegado algo más. Sólo esta y Final Feliz consiguen engancharme y llevarme a su mundo -digamosle surrealista, dígole rarismo metido a presión-.
Que los críticos le encumbraran de nuevo, no me cabe ninguna duda, pero a mi entender, es un disco demasiado lineal, un poco aburrido y sin demasiado que ofrecer, que no hayamos visto ya. Todo y con eso, tampoco digo que sea mal disco, sólo que no me engaña.
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