A medida que aparecieron los títulos de las canciones de este disco, se fué mascando más y más la tragedia.
Con el paso de los años, quién tenía que ser nuestra imagen musical para el futuro se ha vuelto otra iluminada como Thom Yorke, que se creen que viven en el umbral de los dioses y hacen coñazos del calibre de un campanario, como este Biophilia.
Como ya dije en mi primera escucha, quien quiera putearme que me ate a una silla y me ponga el disco entero y a modo repete, y tranquilos que paso previo a que me sangren las orejas, ya habré perecido por propia voluntad.
Adoré a esta señora hasta el mágico y ensoñador Vespertine, del que aquí no hay la más mínima huella, ni de ninguno de los anteriores, y no lo digo por notar una evolución al respecto, aquí hay que tragarse sus grititos y berridos escondidos entre cuerdas soporíferas y entre atmósferas absurdas, sin llegar a ningún cabo ni a ninguna conclusión.
Supongo que ese choque de trenes de I'Ve Seen It All, que realizaron el señor Yorke y la susodicha protagonista de esta reseña, les dejó un poco "p'allá" a los dos, ya que desde entonces no he podido tragarme nada de ellos con el ansia y emoción de antaño.
Veo algo de vida y de via de escape en Virus, que podría estar de melodía en una cajita de música, sinó fuera por ese titulito, y puedo tragarme sin actualizar mi bilis, Moon y Solstice, pero el resto, comida para los osos polares.
No creo que pierda mucho más tiempo del que ya he perdido con este cancionero, aunque viéndola en la portada, ya era para matarla...Hilo musical para anuncios de compresas o para ascensores con recorrido de pocos pisos, por riesgo de suicidios múltiples.
Realmente no he escuchado este nuevo disco, pero entendidos en Bjork me han dicho que es un soberano coñazo. Estoy de acuerdo en el apunte o metáfora que se indica en el artículo sobre Thom Yorke, al 100%.
ResponderEliminarUna lástima que esta chica perdiera completamente el norte, aunque bien es cierto avisar que nunca estuvo demasiado cuerda, lo que pasa es que en sus comienzos era una bendita locura.
Saludos musicales!