Mientras se nos ponen estúpidos con el síndrome "Thom Yorke-reniego del éxito que me va a dar de comer toda la vida", van The Drums y se cascan un segundo disco la mar de campechano y agradable, con la mayoría de vicios y virtudes adquiridos en el primero, cosa que para mí es lo mejor que podía pasar y podían hacer.
Quizá en este Portamento pierden un poco esa frescura característica que enamoró al universo indie, pero es tan poco, que te atrapan con pequeños hits con aroma a brisa marina, olas de mar y rubietes imberbes con bermúdas fluorescentes con palmeras.
Book Of Revelation está llamada también a ser un éxito por bien hecha, por agradable y por redonda, así que como vayan renegando de todas sus canciones buenas, irá a sus directos quién yo me sé; en Hard To Love no sabría decir si la voz de Jonathan Pierce me recuerda a Morrissey o a Robert Smith con ese deje afectado y me siguen encantando; dan en el blanco de nuevo con el pepinazo I Don't Know How To Love, canción que le dá mil vueltas al disco entero de Two Door Cinema Club, y me conquistan fácilmente con esa simpática y trotona What You Were, que ya tan solo con el falsete de los coros me tenían puesto en el bolsillo.
Espero que se les quite la tontería con los años, y escuchen y hagan concesiones en forma de canción a su público, aunque no sea siempre, pues de vez en cuando, que para algo la gente paga un pastón por una entrada. A uno la tontería le ha ido a más con el tiempo, y no diré nombres...
¿Nos podemos arriesgar a decir que la portada es la ostia? jojoojojojojo.
Hola Roco, yo la verdad es que este grupo no me entra del todo, reconozco que suenan bien pero no me entusiasman. Aprovecho para decirte que estoy incorporado un blog'n roll a mi blog y evidentemente estás en él!
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