lunes, 18 de junio de 2012

[Concierto] Esperit! - Maria Minerva - Festival Sónar 2012. Sónar de dia (BCN) - 15-16/06/2012

Encantadísima de ubicar mi tercera reseña para la web en el Sónar Día 2012, me dispongo a hablaros de dos de los talentos responsables de algunos de mis mejores momentos en este ajetreado fin de semana. La primera parte la dedico a Esperit!, actuación del viernes a media tarde en el mejor espacio posible: Sónar Complex.

Se trata de una restaurada Capella dels Ángels perfectamente acondicionada para la ocasión, conciertos y sesiones no masificados que permiten conectar con los artistas en una atmosfera tan íntima que parece que el bullicio del célebre festival esté a quilómetros de distancia.

Esperit! es Mau Boada (Sant Celoni, 1981). Sí sí, él solito, porque estamos ante el proyecto personal de un auténtico hombre-orquestra. Su banda la forman los instrumentos que le rodean y que va alternando con la fluidez de una improvisación.


Me pareció un músico ilimitado y compositor ecléctico e inagotable que invalida etiquetas a cada paso que da. En definitiva, un artista en acción y creación contínuas (de hecho, su disco publicado en 2011 se titula Endevant Continu). 


Melodías folk, rock psicodélico e hipnotizador y algún que otro ritmo electrónico y telúrico de cualquier parte, desde lo flamenco hasta lo caribeño, que introduce y mezcla siempre con descarado acierto. Por momentos me recordó desde el virtuosismo multi-instrumentista de Andrew Bird al despliegue energético y la irreverencia de los Za!.


Empezó algo tímido y ensimismado para evolucionar a su posado sonriente de oreja a oreja que ya no abandonó hasta el final del bolo. En él se podría definir como el gesto de aquellos genios que gestionan su talento inteligentemente, satisfaciendo sus inquietudes y necesidades propias y compartiéndolas con los afortunados que les podemos seguir. Mau Boada es un treinteañero con un intenso currículum que, sin duda, va a ir in crescendo. No hay que perderle de vista porque aunque su disco, obviamente, pueda o no gustar, su actuación en directo es en sí un festival.


Aproximadamente 24 horas después, en el mismo Convent dels Ángels, Maria Minerva hizo acto de presencia puntualmente y despejando las dudas de los que sabíamos que la noche antes había cancelado su bolo en Madrid por problemas con su voz. ¡Qué tía!.


Con el pelo en la cara, un sencillo minivestido y unas bambas de función presencial porque se paseó y se retorció descalza por el escenario hasta el final. Originaria de Estonia y afincada en Londres, Maria Juur nos daba la bienvenida con el apunte de que era su primera actuación flanqueada por vallas de seguridad.


Llevaba las canciones pregrabadas, las cuales formaban parte de su repertorio más bailable, y su sensual voz, acompañada de una danza constante e intensa, acaparó todo el protagonismo y nos dejó anonadados. No jadeó ni un solo instante. Temazos como Soo High, por ejemplo, sonaron todavía más dance. 


Personalmente, tuve la sensación de testimoniar el éxtasis de una artista en la habitación de su casa, sin protocolos ni decorum alguno, totalmente entregada al ritmo electrónico, endulzado con su voz y filtrado por su cuerpazo hiperactivo de principio a fin. Sí, es que además es guapísima.


Creo que el electro-pop en tono lo-fi de sus discos Cabaret Cixous y Tallin At Down nunca cansa, porque su paleta de sonidos y ritmos variados, distorsionados y bailables dentro de su propio estilo, están perfectamente redondeados por su magnética voz bien modulada. 


El sábado en el Sónar Día pudimos descubrir su personalidad más allá de sus grabaciones y no tiene desperdicio os lo aseguro. Una diva a pelo, sin estilismos estudiados, sin un envoltorio reproducido para demostrar, parecer o rememorar no sé qué. Nada de eso le hace falta. Tuve la ocasión de felicitarla en persona por su show, su respuesta fue todo dulzura y agradecimiento. Sé que me repito pero... ¡¡qué tía!!


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